La importancia de la formación ciudadana en el manejo de las tic
La configuración de la sociedad moderna está basada en una forma determinada de entender y desempeñar las relaciones sociales. Hoy en día, dicha configuración está regida por un Estado, en donde los sujetos asumen el papel de “ciudadanos”. La ciudadanía se convierte, así, en un requisito para que, en principio, la sociedad funcione de la mejor manera, en búsqueda del bienestar tanto para ella como para cada individuo en particular. Para que dicha ciudadanía se haga efectiva, se proponen las COMPETENCIAS CIUDADANAS, una serie de parámetros que tratan de explicitar lo que se necesita para lograr que el sujeto se vuelva ciudadano, y que por lo tanto, actúe de manera fructuosa en la sociedad. Estos parámetros son de orden cognitivo, emocional, comunicativo e integrador, y buscan favorecer la realización de una formación ciudadana que permita que las personas sean educadas para llegar a ser buenos ciudadanos.
En Colombia particularmente, se ha tratado de abarcar la formación ciudadana tanto desde la educación formal (con los estándares de competencias ciudadanas, que tratan de evaluar la efectividad de las instituciones escolares a la hora de educar en civismo a los estudiantes), como desde la educación no formal (desde programas efectuados por las alcaldías para concienciar a una parte más extensa de la población), e incluso desde la educación informal (como la impartida por ciertas organizaciones sin ánimo de lucro que buscan infundir valores mediante la realización de diversas actividades).
Pese a los numerosos esfuerzos, la población colombiana sigue sumida en un entorno en donde la violencia es la manera más práctica a la hora de solucionar discrepancias entre los individuos pertenecientes a una misma sociedad. Solo habría que fijarse en los índices de violencia en Bogotá, o en la manera de actuar del mismo aparato gubernamental al enfrentar opiniones distintas. Habría que preguntarse entonces como es que si las competencias ya están formuladas, y se está buscando su aplicación desde una base teórica bastante sólida, la sociedad colombiana no ha logrado alcanzar un mínimo de bienestar para si quiera acercarse al ideal de sociedad democrática en donde la intolerancia deje de ser la respuesta recurrente para mediar las diferencias individuales y grupales.
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